Ensayo
Prevenir el Cáncer de Estómago: Necesidad Urgente de
Intervenciones Educativas
Prevent Stomach Cancer:
Urgent Need for Educational Interventions
Instituto
Ecuatoriano de Seguridad Social, Quito;
Adriana Abreu Leyva y Aymee Rocha Machín
Universidad
Metropolitana del Ecuador, Quito, Ecuador.
La correspondencia sobre este artículo debe ser
dirigida a
Juan E. Pérez Reyes
Email: juanernesto1976@gmail.com
Fecha de recepción: 15 de mayo de 2019.
Fecha de aceptación: 26 de junio de 2019.
¿Cómo citar este artículo? (Normas APA): Pérez
Reyes, J.E., Abreu Leyva, A., & Rocha Machín, A. (2019). Prevenir
el Cáncer de Estómago: Necesidad Urgente de Intervenciones Educativas. Revista
Científica Hallazgos21, 4(2), 207- 214. Recuperado de
http://revistas.pucese.edu.ec/hallazgos21/
Resumen
En
el Ecuador, el riesgo
de desarrollar cáncer
antes de los
75 años es
del 20% . En el año 2012, se
diagnosticaron a nivel nacional 2,401 personas con cáncer de estómago. Ese año
esta neoplasia ocupó el segundo lugar en hombres, solo superado por el cáncer
de próstata y el tercer lugar en la mujer, solo superado por los cánceres de
mama y de cuello uterino. Con estos antecedentes y ante la necesidad de
proponer nuevas estrategias para promocionar la salud integral,
se decidió realizar un ensayo
bibliográfico, con el fin de divulgar la importancia de la labor educativa y la
participación del sector estudiantil en las actividades dirigidas a la prevención del cáncer de gástrico. Se pudo
conocer que esta enfermedad es susceptible de acciones educativas integrales,
partiendo desde edades tempranas y desarrollándolas desde todos los niveles de
enseñanza, para favorecer la participación del sector estudiantil en su
prevención, mediante acciones que promocionen estilos de vida saludables y la
disminución o control de factores de riesgos específicos. Para poder alcanzar
el control de esta neoplasia a nivel nacional y con ello disminuir los costos
generados por la atención integral a las personas enfermas, se hace necesario
fomentar el cumplimiento de las políticas para el control del tabaco y el
consumo abusivo de alcohol, adoptar dietas más saludables, practicar
sistemáticamente ejercicios físicos, mejorar la protección frente a
carcinógenos medioambientales, aumentar el tamizaje para la detección temprana,
así como propiciar su diagnóstico temprano y los tratamientos adecuados.
Palabras
clave: cáncer
de estómago; prevención; estilo de vida; educación.
Summary
In Ecuador, the risk of developing cancer before
age 75 is 20%. In 2012, 2,401 people with stomach cancer were diagnosed
nationwide. That year, this neoplasm ranked second in men, second only to
prostate cancer and third in women, surpassed only by breast and cervical
cancers. With this background and before the need to propose new strategies to
promote comprehensive health, it was decided to carry out a bibliographical
essay, in order to disseminate the importance of educational work and the
participation of the student sector, in activities aimed at preventing gastric
cancer. It was learned that this disease is susceptible to comprehensive
educational actions, starting from early ages and developing them from all
levels of education, to encourage the participation of the student sector in
its prevention through actions that promote healthy lifestyles and with the decrease
or control of specific risk factors. In order to achieve control of this
neoplasm at a national level and thereby reduce the costs generated by comprehensive
care for sick people, it is necessary to promote compliance with policies for
tobacco control and abusive alcohol consumption, adopt healthier diets,
systematically practice physical exercises, improve protection against
environmental carcinogens, increase screening for early detection, as well as to
encourage early diagnosis and appropriate treatments.
Keywords:
stomach cancer; prevention; lifestyle; education.
Prevenir
el cáncer de estómago: necesidad urgente de intervenciones educativas
En el año 2012 se registraron en las
Américas 2.8 millones de casos nuevos de cáncer. Entre el 2012 y el 2030, se
espera que el número de casos nuevos se incremente en un 67% en América Latina
y el Caribe, aumento superior al esperado en Norteamérica (41%). Organización Mundial de la Salud (OMS), para
el 2030, se ha estimado que se diagnosticarán cada año 1,8 millones de casos
nuevos de cáncer en Latinoamérica y el Caribe (OMS, 2019). A nivel global, la mayoría de las
muertes por tumores malignos se producen a consecuencia del cáncer de pulmón,
próstata y colorrectal en hombres, y del cáncer de pulmón, mama y colorrectal
en mujeres. En el año 2012 se registraron en la región americana 1,3 millones
de muertes a consecuencia del cáncer.
Proyecciones recientes han indican que el número de muertes por tumores
malignos en dicha zona aumentará hasta 2,1 millones en el 2030 (OMS, 2019).
En el Ecuador, el riesgo
de desarrollar cáncer
antes de los
75 años es
del 20%. En el año 2012 la
incidencia de todos los cánceres, excluyendo los cánceres de piel no melanomas,
fue de 22.744 casos. Se prevé, de acuerdo a estudios
del Ministerio de Salud Pública (MSP), que para el 2020 existirán 31.420 casos
nuevos (MSP, 2017).
A nivel nacional la mortalidad por
enfermedades crónicas no transmisibles ha aumentado en los últimos años,
ocupando el primer lugar en el año 2014 la mortalidad por
enfermedades cardiocirculatorias, con
el 23.3% (15.121), seguida de
las neoplasias malignas con el 15.7%
(10.171), la diabetes
mellitus, con el 7%
(4.566) y las enfermedades respiratorias crónicas con el 8% (2.631). Para el
año 2020, las muertes
atribuidas al cáncer alcanzarán los 18.982
casos (MSP, 2017).
En el año 2012, se diagnosticaron a nivel
nacional 2.401 personas con cáncer de estómago. Ese año esta neoplasia ocupó el
segundo lugar en hombres (1.381 casos), solo superado por el cáncer de próstata,
y el tercer lugar en la mujer (1.020), solo superado por los cánceres de mama y
de cuello uterino (MSP, 2017). Entre el 2004 y 2015,
los tumores malignos gástricos
provocaron 19.115 muertes (10.679
hombres y 8.436 mujeres) (Veletanga, 2017). Solo en el año 2015
esta enfermedad fue responsable del mayor número de muertes por cáncer, con 1.503
defunciones (821 hombres y 682 mujeres) a nivel nacional. En los hombres solo
fue superado por el
cáncer de próstata. En las mujeres, en cambio, representó la primera causa de
muerte por cáncer (MSP, 2017). En el año 2017,
entre todas las causas de mortalidad general, la neoplasia maligna gástrica
constituyó la sexta causa con 1.647 defunciones (977 hombres y 670 mujeres) (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC, 2017).
Con estos antecedentes y ante la
necesidad de proponer nuevas estrategias para promocionar la salud integral, se decidió realizar el presente ensayo
bibliográfico, con el fin de divulgar la importancia de la labor educativa y la
participación del sector estudiantil, en las actividades dirigidas a la prevención del cáncer de estómago en el
Ecuador.
Desarrollo
La pared del estómago tiene 3 capas: mucosa
(interna), muscular (media) y serosa (externa). El cáncer gástrico comienza en las
células mucosas y se disemina a las capas externas a medida que crece. Esta enfermedad está dada por la formación de células
cancerosas en el revestimiento estomacal. Existen
condiciones asociadas a un mayor riesgo de padecer este tipo de neoplasia,
entre ellos los antecedentes de este tipo de tumor en madre, padre o hermano,
el síndrome de Li Fraumeni, grupo sanguíneo A, gastritis
atrófica crónica, metaplasia intestinal, anemia perniciosa, adenomas gástricos
esporádicos, poliposis adenomatosa familiar, cáncer de colon sin poliposis
hereditaria, edad avanzada (dos tercios de los enfermos son mayores de
66 años) y sexo masculino (Instituto Nacional del
Cáncer, 2019).
Entre los factores ambientales se ha relacionado
con el bajo consumo de frutas y vegetales, ingerir alimentos preparados o almacenados inadecuadamente y la ingestión de
alimentos salados, ahumados o conservados. El consumo de la vitamina C de los vegetales y frutas, los cereales
integrales, carotenoides, ajo y té verde, se ha asociado con un papel
protector. También se ha vinculado esta neoplasia con exposición radicaciones y
laborar en industrias de caucho o carbón
(Instituto Nacional del Cáncer, 2019).
Se ha informado el aumento de
60 % de cáncer gástrico en los hombres fumadores y del 20 % en las
mujeres fumadoras, en comparación con quienes no fumaban. La infección del
estómago por el Helicobacter pylori tiene relación estrecha con el carcinoma y
el linfoma gástrico. Esta bacteria se propaga por los
alimentos, agua contaminada y contacto directo de boca a boca. Su
presencia por largo tiempo provoca una inflamación que predispone a las células del revestimiento del estómago para hacerse cancerosas. Se ha descrito que el tratamiento con antibióticos para erradicar el H. pylori reduce la incidencia de cáncer gástrico. Quienes padezcan úlceras activas de estómago o duodeno, o tengan antecedentes comprobados de úlceras,
deberían hacerse pruebas para detectar
la presencia de esta bacteria y, si tienen la infección, recibir el tratamiento oportunamente. La mayoría de las
investigaciones no respalda que se hagan exámenes masivos a la población para
la erradicación del H. pylori. De igual modo, el
vínculo entre la ingestión de medicamentos inhibidores de la bomba de protones,
como el omeprazol, con la neoplasia estomacal no está aún del todo clara (Instituto Nacional del Cáncer, 2019).
El cáncer gástrico es el cuarto cáncer más
común en todo el mundo. Es más frecuente en Japón, Europa Central,
Escandinavia, Hong Kong, América del Sur, América Central, la antigua Unión
Soviética, China y Corea. Se ha estimado que en el año 2019 aproximadamente 27.510
estadounidenses serán diagnosticados con cáncer gástrico y 11.140 morirán por
esta enfermedad.
Desde el año 1930 la incidencia de tumores
gástricos malignos en los Estados Unidos ha disminuido cuatro veces. Este
decrecimiento se cree relacionado con mejoras en el almacenamiento de los alimentos
y la disminución del consumo de sal para evitar la hipertensión arterial. Comparado
con otros tipos de cáncer es relativamente raro en esa nación (lugar número 15
en cuanto a número de casos nuevos). Entre los
años 2009 y 2015, el porcentaje de supervivencia al cáncer gástrico, a 5 años
del diagnóstico, solo fue del 31.5%.
En
cuanto a mortalidad, el cáncer gástrico es la segunda causa de muertes por
cáncer en el mundo (738 000 decesos en 2008) (Instituto Nacional del Cáncer, 2019). En las Américas cada año se
producen más de 85.000 nuevos casos y 65.000 muertes por este tipo de cáncer.
El 60% de los nuevos casos y muertes por este cáncer en la región se presentan
en hombres. La proporción de nuevos diagnósticos y decesos es más alta en
América Latina y el Caribe en comparación con Norte América (OMS, 2014).
De este modo, mientras en América Latina
y el Caribe, el 11% de los nuevos casos de cáncer y el 18% de las muertes por
cáncer son por cáncer estomacal, en Norte América sólo el 3% de los nuevos
casos y el 4% de las muertes por cáncer, se deben a las neoplasias de estómago (OMS, 2014). Para el año
2030 se esperan en las Américas más de 138.000 nuevos casos y 107.000 muertes
por tumores malignos gástricos (OMS, 2014).
Las mayores tasas de incidencia y
mortalidad por cáncer de estómago se presentan en Guatemala, Honduras y
Ecuador, y los países con las menores tasas son Estados Unidos de América,
Puerto Rico y Canadá (OMS, 2014). En contraste, en
tanto el cáncer de estómago es la quinta causa de mortalidad por cáncer en
ambos géneros en América Latina y el Caribe, en Norteamérica ni siquiera figura
entre las primeras 15 causas de mortalidad por cáncer (OMS, 2019).
Al analizar las mayores tasas de
incidencia y mortalidad de neoplasias malignas gástricas en 2012, se evidencia que entre 33 países, Ecuador ocupó el tercer lugar, solo
superado por Guatemala y Honduras en las mujeres y por Guatemala y Chile en los
hombres. En cambio, Colombia ocupa el octavo lugar en mujeres y el séptimo en
hombres (OMS, 2014).
Con relación a la medición de la
supervivencia, actualmente se utiliza la razón incidencia/mortalidad. Mientras
en Haití se produce una muerte por cada nuevo caso de cáncer de estómago, en
Estados Unidos solo se produce una muerte por cada 2 nuevos casos (OMS, 2014).
Investigaciones recientes del Centro de
Investigación en Salud Pública y Epidemiología Clínica de la Universidad
Tecnológica Equinoccial del Ecuador han señalado que el carcinoma estomacal
resulta más incidente en las provincias de Bolívar, Los
Ríos, Chimborazo, Tungurahua y Cotopaxi, y que
vivir en estos territorios podría incrementar en un 34% el riesgo de morir por
cáncer gástrico (Veletanga, 2017). Por su
parte, un estudio de la Facultad de Ciencias de la Salud Eugenio Espejo de la
Universidad UTE, sobre tendencias del
cáncer gástrico en la ciudad de Quito, encontró que en la última década la
disminución de las tasas de incidencia y mortalidad se detuvo. Se conoció además que se
están diagnosticando casos a edades más tempranas (Veletanga, 2019).
La etapa del
cáncer gástrico al momento del diagnóstico, determinada por la extensión del mismo en el cuerpo, condiciona los tratamientos y la
supervivencia. Cuanto antes se detecte mayor será la probabilidad de que la
persona sobreviva cinco años después de haber sido diagnosticada. En los
Estados Unidos, el 28,0% de este tipo de tumor se diagnostica en la etapa local
(temprana). La supervivencia a 5 años para esta fase es del 68.8%. Cuando
esta enfermedad alcanza una extensión regional, la supervivencia disminuye
hasta el 31% y si llega hasta órganos distantes, cae hasta el 5,3% (Instituto Nacional del Cáncer, 2019). En Ecuador,
el número de diagnósticos en etapas avanzadas de cáncer estomacal aún es
elevado. Un reporte sobre pacientes con
cáncer gástrico que residían en Quito, entre los años 2003 y 2005, evidenció
que el 74,5% de los mismos se diagnosticó en etapas avanzadas (MSP, 2017).
Estrategias Educativas para Prevenir el Cáncer Gástrico
La Organización Mundial de la Salud ha
promovido la lucha contra el cáncer en el marco de programas nacionales que
estén integrados a las estrategias de control de enfermedades crónicas no
transmisibles. Diversos estudios consideran que las actividades de educación
salubrista que promuevan cambios positivos en los estilos de vida y la adopción
de hábitos más saludables posibilitarían evitar hasta un 30% de las muertes por
cáncer (OPS, 2018). El manejo integral de
este problema abarca no solo la prevención y la detección precoz, sino también
el tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos.
La educación en el contexto preventivo ha
de estar integrada a las estrategias educomunicacionales
que aboguen por la prevención y control eficaz de las enfermedades no
transmisibles. Desde los primeros años de la vida, tanto en el ámbito familiar
como escolar, se debe incentivar a los infantes hacia el incremento del consumo de frutas y vegetales. De
igual manera los planteles educativos desde los niveles más básicos hasta el universitario
han de promocionar el consumo de alimentos adecuadamente preparados y almacenados, la ingestión de cereales
integrales, carotenoides, ajo y té verde, así como limitar el consumo de alimentos salados, ahumados o
conservados.
Algunos países han evidenciado que este tipo de abordaje multidimensional, con
extensión a los escenarios educativos, podrían llegar a tener un efecto de
reducción de la incidencia de cáncer gástrico a largo plazo (OMS, 2019). Igualmente resultaría aconsejable
evitar el consumo tabáquico y tratar adecuadamente las condiciones gástricas preexistentes
como la infección por H. pylori.
A nivel de políticas públicas, se ha
indicado que los proveedores de salud están llamados a realizar el cribado del
cáncer gástrico en personas de más de 50 años, residente en zonas donde se
describe alta incidencia de esta neoplasia y que tengan alto riesgo de
padecerla (edad
avanzada con gastritis atrófica o anemia perniciosa, gastrectomía parcial,
adenomas esporádicos, poliposis adenomatosa familiar o cáncer de colon
hereditario sin poliposis), con el objetivo de detectarla tempranamente
y obtener mejores resultados en su curación o control. El tamizaje se deberá
realizar mediante la combinación de exámenes serológicos para determinación de Helicobacter pylori y el pepsinógeno,
combinado con la
endoscopia digestiva alta (MSP, 2017).
Conclusiones
Al
analizar la enfermedad neoplásica reseñada, se puede observar que la misma es
susceptible de acciones educativas integrales, partiendo desde las edades
tempranas y desarrollándolas desde todos los niveles de enseñanza, para
favorecer la participación del sector estudiantil en su prevención, mediante
acciones que promocionen los estilos de vida saludables y la disminución o
control de factores de riesgos específicos. Por otra parte, se ha indicado que
este tipo de tumor maligno podría resultar en gran medida curable si se detecta
a tiempo y se trata adecuadamente.
En tal sentido, para poder alcanzar el
control del cáncer gástrico en el Ecuador, y con ello disminuir los costos
generados por la atención integral a las personas con esta enfermedad, se hace
necesario fomentar el cumplimiento de las políticas para el control del tabaco
y el consumo abusivo de alcohol, adoptar dietas más saludables, practicar
sistemáticamente ejercicios físicos, mejorar la protección frente a
carcinógenos medioambientales, aumentar el tamizaje para su detección temprana,
así como propiciar su diagnóstico temprano y los tratamientos adecuados.
Istituto Nacional de Estadísticas y Censos. (2017). Defunciones
generales 2017 - Estadísticas Vitales. HR-01-2017-V01. BBD_EDG_2017_csv.csv.
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