Artículo Original

 

Análisis para la Educación e Inclusión Financiera en Esmeraldas

Analysis for Education and Financial Inclusion in Esmeraldas

Roxana I. Benites- Cañizares  

Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Esmeraldas.

 

La correspondencia sobre este artículo debe ser dirigida a Roxana I. Benites Cañizares.

Email: roxana.benites@pucese.edu.ec

 

 

Fecha de recepción: 28 de septiembre de 2019.

Fecha de aceptación: 29 de octubre de 2019.

 

 

¿Cómo citar este artículo? (Normas APA): Benites Cañizares, R. I.  (2019). Análisis para la Educación e Inclusión Financiera en Esmeraldas. Revista Científica Hallazgos21,4 (3), 293-305. Recuperado de http://revistas.pucese.edu.ec/hallazgos21/

       

              


 


Resumen

En Ecuador existen los servicios financieros de la banca privada y los de la economía popular y solidaria. El objetivo de la investigación es analizar las condiciones de acceso al ahorro y al crédito de sectores excluidos con la finalidad de enfocar la educación financiera hacia al ahorro y a su vez a la inversión. Existen varias experiencias e innovación social que han logrado educar a la población más vulnerable y con menores oportunidades de acceso al sistema financiero privado hacia organizaciones con visión de ahorro y acceso a crédito productivo flexible. En la economía popular y solidaria aparecen las figuras de cajas de ahorro, bancos comunales, cajas solidarias, y sociedades populares de inversión. Se realizó el análisis de buenas prácticas de educación e inclusión financiera de México, España y Canadá. En Ecuador, con la conformación del Sistema Económico Social y Solidario, se retomó el tema de finanzas populares. Con esos antecedentes, se trabajó con 406 encuestas, en 28 establecimientos fiscomisionales de los 7 cantones de la provincia de Esmeraldas y en una sola universidad. Los resultados muestran que el 90.1% de los encuestados se encuentran incluidos en el sistema financiero. El 99.2% valora como importante el ahorro, y el 83.9% está interesado en la propuesta de Educación e Inclusión Financiera. Se concluye que el estudio revela la motivación de las personas por estar mejor informada para la toma de decisiones financieras.

Palabras clave: Educación financiera; inclusión financiera; finanzas populares.

Abstract

In Ecuador there are the financial services of private banks and those of the popular and solidarity economy. The objective of the research is to analyze the conditions of access to savings and credit of excluded sectors in order to focus financial education towards saving and at the same time investment. There are several experiences and social innovation that have managed to educate the most vulnerable population and with less opportunities to access the private financial system towards organizations, with a vision of savings and access to flexible productive credit. In the popular and solidarity economy, the figures of savings banks, communal banks, solidarity funds, and popular investment societies are present. The analysis of good education and financial inclusion practices in Mexico, Spain and Canada was carried out. In Ecuador, with the formation of the Social and Solidarity Economic System, the issue of popular finance was resumed. With this background, we worked with 406 surveys, in 28 physical establishments of the 7 cantons of Esmeraldas province and in a single university. The results show that there are 90.1% of respondents included in the financial system. 99.2% value savings as important, and 83.9% are interested in the proposal of Education and Financial Inclusion. It is concluded that the study reveals the motivation of people to be better informed for financial decision making.

Keywords: Financial education; financial inclusion; popular finance.

 

Análisis para la Educación e Inclusión Financiera en Esmeraldas

La inclusión financiera promueve que un individuo tenga acceso a los servicios formales financieros de manera transparente, a la vez que tenga la posibilidad de adquirir la habilidad de seleccionar los productos y servicios más convenientes (Raccanello & Herrera, 2014).

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), citada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España (2008), la educación financiera puede definirse como

El proceso por el cual los consumidores/inversores financieros mejoran su comprensión de los productos financieros, los conceptos y los riesgos, y, a través de información, desarrollan las habilidades y confianza para llegar a ser más conscientes de los riesgos y oportunidades financieras, tomar decisiones informadas, saber dónde dirigirse en caso de requerir ayuda y adoptar otras acciones efectivas para mejorar su bienestar financiero (Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España, 2008, p. 9).

En Ecuador, los servicios formales financieros se encuentran establecidos en la Ley Orgánica de Instituciones del Sistema Financiero, que regula la creación, organización, actividades, funcionamiento y extinción de las instituciones del sistema financiero privado, así como su organismo de control, la Superintendencia de Bancos (Congreso Nacional, 2001).

Por otra parte, la economía popular y solidaria establece las cajas comunitarias, bancos comunales, cooperativas de ahorro y crédito, denominadas Estructuras Financieras Locales (EFL), que captan el ahorro y ofrecen créditos para la producción, teniendo como beneficiarios a la población (Banco Desarrollo, 2014).

La Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias (CONAFIPS, 2015) afirma que “las finanzas populares y solidarias son de trascendental importancia, pues constituyen un mecanismo de organización y participación de actores y sujetos sociales de la economía popular en el sistema financiero” (p.4). Busca que la población produzca más de lo que consume generando un autocontrol en sus finanzas.

El marco regulatorio para esta actividad es la Ley de Economía Popular y Solidaria a través de lo que denomina Entidades Asociativas o Solidarias, Cajas y Bancos Comunales y Cajas de Ahorro, como medio de canalización de recursos públicos para el desarrollo e implementación de proyectos sociales y productivos, en sus respectivos territorios (Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, 2014).

El objetivo de esta investigación es analizar las condiciones de acceso al ahorro y crédito con la finalidad de motivar la educación financiera. La población objetivo son los trabajadores y docentes del sector educativo fiscomisional de la provincia de Esmeraldas.

Existen varias experiencias sobre educación financiera y la inclusión de grupos menos favorecidos. A este tipo de experiencia se le puede denominar innovación social y se define como nuevas ideas (productos, servicios y modelos) que simultáneamente satisfacen necesidades sociales y crean nuevas relaciones de colaboración (Murray, 2008). Aportando al autor, se considera como el desarrollo y creación de nuevos enfoques que satisfacen las distintas necesidades de la población, logrando cambios positivos en su estilo de vida.

Existen también las cajas de ahorro que se consideran actividades que ayudan a promover el desarrollo económico de los territorios como comunidades, parroquias, recintos, barrios, asociaciones, grupos de trabajadores, que desean realizar operaciones de ahorro y crédito entre sus integrantes, brindando autonomía administrativa y financiera, autocontrol y autogestión (Chacón, 2013). Las cajas de ahorro se caracterizan por la aportación voluntaria de sus socios, concesión de préstamos a sus miembros que son destinados a actividades productivas y de servicio. Seguí (2012) sostiene que “las cajas de ahorro tienen mayor interés en las cuestiones sociales” (p.155), lo que justifica el compromiso con la sociedad.

Los bancos comunales son agrupaciones de crédito y ahorro conformadas por personas que desean tener acceso a créditos, fomentando el ahorro y garantizándose mutuamente. Estos préstamos son destinados a solventar una actividad generadora de ingresos, microempresas existentes o para crear una nueva. Principalmente se enfoca en poblaciones vulnerables y aisladas con el propósito de combatir la pobreza, generando empleo (Banca de las Oportunidades , 2015). Además, coincide con lo planteado por Palomeque (2011) en la metodología de microfinanzas, donde los miembros potencializan sus actividades productivas buscando mejorar su calidad de vida a través del ahorro y el crédito.

Las cajas solidarias son definidas como organizaciones destinadas a incentivar el ahorro y la concesión de créditos para la producción, con una estructura organizacional sencilla y efectiva, permitiéndoles ofrecer un adecuado servicio de las cajas de ahorro y créditos, especialmente en áreas urbanas con altos índices de pobreza (Villa & Yánez, 2012).

Las Sociedades Populares de Inversión (SPI) son organizaciones independientes y autónomas, de tipo empresarial, de carácter local y popular, propiedad de personas que generalmente tienen actividades económicas de pequeña escala y que constituyen un capital mediante aportes patrimoniales individuales. Están dirigidas y controladas por los socios, teniendo como finalidad principal brindar servicios financieros (inversión, crédito y ahorro) a sus integrantes y también a otras personas no socias de los ámbitos geográficos (localidades, barrios, comunidades) donde operan (Centro de Promoción del Empleo y el Desarrollo Económico Territorial, CEPESIU, 2007).

Las Instituciones Financieras se definen como una entidad intermediaria que presta servicios financieros a sus clientes. Su principal función es la captación de moneda legal, recursos del público en depósitos a la vista (cuenta de ahorro o corriente) o a término, para colocarlos nuevamente a través de préstamos, descuentos, anticipos y demás operaciones activas de crédito (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, ANDI, 2013).  

Las microfinanzas se consideran proveedoras de una amalgama de servicios financieros adaptándose a la economía informal promoviendo desarrollo local (Verduga & Campos, 2018).

Según definición de Gómez (1997), crédito es un préstamo de dinero que el banco otorga a su cliente con el compromiso de que, en el futuro, el cliente devolverá dicho préstamo en forma gradual (mediante el pago de cuotas) o en un solo pago, y con un interés adicional que compensa al banco por todo el tiempo que no tuvo ese dinero, mediante el prepago.

En la búsqueda de buenas prácticas de educación e inclusión financiera, se narran experiencias en varios países. En México también existen otras entidades como Bancos Comunales que tienen como meta llegar a los sectores de mayor pobreza. Enfatizan el trabajo con la gente en la educación financiera (Moreno et al., 2009).

En España la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) fundada en 1928 que agrupa a la mayoría de las cajas de ahorro españolas. El propósito fundamental de esta asociación es la de fortalecer la posición de las cajas de ahorros y ayudarlas a situarse en posiciones relevantes tanto en el mercado español como en el internacional. Curiosamente en España apenas quedan 2 cajas de ahorros de las más de 45 existentes, ya que todas han sido convertidas en bancos después de la reorganización financiera y bancaria que ha sufrido el país en los últimos años (Azofra  & Santamaría, 2004).

Las cajas de ahorro se encuentran reguladas por el Ministerio Federal de Finanzas en el rubro de entidades bancarias universales. El sector de las cajas de ahorro es dentro del sistema bancario de Alemania el de mayor importancia. Actualmente, está formado por 489 cajas de ahorro, con educación para sus miembros (Cabrera & Mariscal, 2005).

Canadá posee las uniones de crédito y las cajas de ahorro son instituciones financieras cooperativas, las cuales son controladas por sus socios. El principal compromiso es el de servir las necesidades financieras de sus socios, por tal motivo han estado activas en la compra de divisiones de bancos con la finalidad de que todos los canadienses tengan acceso a servicios financieros (Cabrera & Mariscal, 2005).

En Ecuador, desde los años 1960-1970, se aprecia de manera significativa el surgimiento de iniciativas de ahorro y crédito, así como de esfuerzos no gubernamentales de financiamiento a la producción de la población de menores ingresos. La construcción de las finanzas populares y solidarias requiere de la suma de muchos actores públicos, privados, populares y solidarios, así como de la participación del Estado que debe apoyar su desarrollo, partiendo del reconocimiento de su gran diversidad y su rol en el desarrollo local (Morocho, 2013).

Además, se puede evidenciar el transcurso de las iniciativas de ahorro y crédito popular que conforma el nuevo Sistema Económico Social y Solidario, así como la Constitución del Ecuador, las que son reconocidas como instituciones del Sector Financiero Popular y Solidario (ISFPS).

En Esmeraldas, provincia de Ecuador, la educación, el conocimiento de las finanzas en los sectores populares es casi inexistente, se ha registrado que operan principalmente la Cooperativa de la Policía Nacional, que tiene 40 años de antigüedad y funciona a nivel nacional, practican educación financiera con sus socios y fomentan el ahorro (H. Medina, entrevista personal realizada por G. Holguín, M. Mero, & S. Miño, 9 de Marzo de 2017).

Otra Cooperativa que se ha preocupado por la educación financiera para sus socios es la Cooperativa de Ahorro y crédito 29 de octubre que actualmente cuenta con más de 330.000 clientes y socios a nivel nacional.

Otra alternativa que promueve la educación financiera son las Sociedades Populares de Inversión (SPI). Actualmente existen 86 SPI, que están ubicadas en todos los cantones de la provincia de Esmeraldas. Las más antiguas son del cantón San Lorenzo, que en su momento fueron promovidas por el CEPESIU, que tiene como objetivo principal contribuir al fortalecimiento de las finanzas para el desarrollo económico territorial, y que es financiada por una ONG de Bélgica y fondos franceses.

El trabajo que realiza CEPESIU con las SPI es capacitarlos en temas legales, organizacionales y crediticios. Se presenta a los grupos reglamentos de crédito, de aporte de capital y administrativo, que son creados y respaldados por la ley, para que ellos lo apliquen o modifiquen según sus necesidades. Además, trabajan en la conformación de la junta directiva y el comité de crédito, donde intervienen 9 personas.

A través de la unión de varias SPI se han conformado Consorcios y la Cooperativa UVECOOP Ltda. quienes se encargan de otorgar créditos a las demás SPI (T. Martinez, entrevista personal realizada por G. Holguín, M. Mero, & S. Miño, 15 de Marzo de 2017).

Existe otra figura, para grupos vulnerables como es el caso de las personas en condiciones de refugio, Narcisa Cortez, Asistente Humanitario de Servicio de Orientación Laboral de HIAS comentó como intervienen con los bancos comunales, donde se agrupa a personas refugiadas con visa, apoyando la relación con el banco Pichincha, quien ofrece un servicio de banco comunal para mejorar las condiciones de vida de la población, otorgando créditos destinado al fortalecimiento de emprendimientos (H. Cortez, entrevista personal realizada por G. Holguín,  & M. Mero, 16 de Marzo de 2017).

El Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio (FEPP), en el año 2015, llevó a cabo el proyecto de fortalecimiento de 3 cajas de ahorro en la provincia de Esmeraldas, dos en la ciudad y una en el cantón San Lorenzo. Trabajaron en educación financiera fortaleciendo las capacidades de los socios (A. Andrade, entrevista personal realizada por G. Holguín, M. Mero, M., & S. Miño, 20 de Marzo de 2017).

Todas las experiencias analizadas, SPI, banco comunal y cajas de ahorro y crédito que trabajan en Esmeraldas en su mayoría fomentan la cultura de crédito y poco la de ahorro, en grupos de comunidades, asociaciones, grupos barriales, entre otras. Además, su modalidad de trabajo consiste en el apoyo de créditos mutuos evitando caer en mora grupal, cumpliendo a tiempo con sus pagos.

Mientras que las cooperativas trabajan en segmentos cerrados y abiertos, otorgando créditos de forma personal, la cooperativa 29 de octubre y de la Policía Nacional mantienen políticas de colaterales y garantía personal en los créditos, que se encargaría de cubrir la deuda por el incumplimiento de pagos por parte del cliente, y trabajan parcialmente en la educación financiera de sus socios.

Buscando nuevas metodologías con innovación educativa para la educación e inclusión financiera, se ha tomado como referencia las señaladas por Benites y Suárez (2019), en las que se destaca que a través de 12 sesiones de trabajo se fortalecen competencias emprendedoras, entre las que se encuentran el ahorro dedicado a la inversión en emprendimiento y las de Holguín, Benites y Herrera (2018), donde en 10 módulos se abordan aspectos de gestión y de gestión financiera y crédito para emprendedores.

Método

La investigación se desarrolló en la provincia de Esmeraldas con los docentes y trabajadores de la educación fiscomisional. Este estudio es de tipo descriptivo, donde se detalla las características la población de estudio, las condiciones de ahorro y crédito, y la apertura a la educación financiera. El proceso de recolección de información se realizó en los años 2017 y 2018. De un total de 4065 docentes y trabajadores pertenecientes a escuelas, colegios y la universidad regida por el Vicariato Apostólico de Esmeraldas, se tomó una muestra aleatoria simple de 406 personas a encuestar, en 28 establecimientos fiscomisionales de los 7 cantones de la provincia de Esmeraldas y a una sola universidad. Las variables analizadas fueron las demográficas, edad, sexo, estado civil, número de dependientes familiares, antigüedad en el trabajo, nivel de ingresos, disponibilidad de cuenta bancaria, institución financiera, frecuencia del ahorro, créditos solicitados, destino de los créditos, importancia del ahorro y disposición para la educación financiera. Se realizaron entrevistas a varios gerentes de instituciones financieras, de ONG dedicadas a la educación financiera, a gerentes de cajas de ahorro, así como encuestas al gremio de docentes y trabajadores de instituciones católicas en la provincia de Esmeraldas.

Resultados y Discusión

Tabla 1

Niveles de ingresos

Categoría

Frecuencia

Porcentaje válido

Válidos

Menos de 300

12

3,0

 

De 301 a 500

157

39,7

 

De 501 a 1.000

174

44,1

 

De 1.001 a 1.500

43

10,9

 

Más de 1.500

9

2,3

 

Total

395

100,0

Perdidos

Blanco

11

 

Total

406

 

Fuente: Encuestas a docentes y trabajadores de unidades educativas fiscomisionales de la provincia de Esmeraldas.

La educación financiera como herramienta fundamental de apoyo económico, promueve hábitos de ahorro, y mejor conducción del crédito encaminándolo hacia la inversión.

Para describir la población de estudio se debe señalar que el 55,8% se encuentra entre 31 a 50 años, 28.7% es de sexo masculino y 71.3% de sexo femenino. El 36.9% son casados, 34.8% solteros y 21.7% en unión libre. En cuanto al número de hijos, el 47.1% tiene entre 2 y 3 hijos, 18.4% 1 hijo y 17.6% tiene 4 hijos.

Respecto a su estabilidad laboral, el 33,4% tiene de 0 a 3 años en el trabajo y el 30,1% tiene más de 15 años de antigüedad en la docencia.

Para continuar con la descripción, se analizó el nivel de ingresos (Tabla 1), donde se observa que el 44.1% está en el rango de 501 a 1000 dólares. Sin embargo, al analizar a los trabajadores o maestros con menos del salario básico ($394 en el año 2019), se observa un 3% con menos de $300 dólares y un 39.7% con 301 a 500 dólares, que sumado al primer rango suman el 42.7%, la población con menor acceso al sistema financiero.

En relación con las instituciones del sistema financiero, el 90.1% se encuentran bancarizados, es decir manifiestan tener una cuenta corriente o de ahorros en alguna entidad del sistema financiero, 5.7% en cooperativas de ahorro y crédito y un 0.5% en cajas de ahorro y crédito.

Como se observa en la Figura 1, el Banco del Pichincha, banco privado, cubre el 63.02% de la tenencia de cuentas corrientes y de ahorros de las personas encuestadas, y el 13.61% mantiene cuenta en BanEcuador, banco del sector público.

Figura 1: Distribución de cuentas en instituciones financieras.

Fuente: Encuestas a docentes y trabajadores de unidades educativas fiscomisionales de la provincia de Esmeraldas.

La participación en el sector cooperativo es baja. Del 5.7% que pertenece a este sector, el 82,1% confía en la Cooperativa 29 de octubre, que por sus dimensiones pertenece a un primer nivel, con las mismas regulaciones que una entidad del sector financiero (ver Tabla 2). Todas las cooperativas indicadas en la encuesta se encuentran en este nivel, por lo que sus regulaciones se ajustan a las del sistema financiero privado. La diferencia es que aplican algunas políticas de educación

Tabla 2

Cooperativas de ahorro y crédito

Categoría

Frecuencia

Porcentaje válido

Válidos

29 de octubre

23

82,1

 

Coopad

1

3,6

 

Antorcha

1

3,6

 

Pablo Muñoz Vega

2

7,1

 

Imbabura

1

3,6

 

Total

28

100,0

Perdidos

Blanco

378

 

Total

406

 

Fuente: Encuestas a docentes y trabajadores de unidades educativas fiscomisionales de la provincia de Esmeraldas.

financiera inclusiva.

Para estructurar la educación financiera, es necesario conocer la cultura de ahorro de las personas, teniendo un 80.6% que dice ahorrar de manera mensual (Tabla 3).

Tabla 3

Frecuencia de ahorro actual

Categoría

Frecuencia

Porcentaje válido

Válidos

Diario

2

0,5

Semanal

5

1,3

Mensual

311

80,6

Otro

38

9,8

No Ahorra

30

7,8

Total

386

100,0

Perdidos

Blanco

20

 

Total

406

 

Fuente: Encuestas a docentes y trabajadores de unidades educativas fiscomisionales de la provincia de Esmeraldas.

Sobre los créditos solicitados, el 52.7% posee un crédito con una entidad financiera y el 47.3% señala no tener créditos. Los datos reflejan que el 43.7% del crédito se dirige a vivienda, el 34.4% a consumo, el 16.7% a inversión, 3.7% a gastos de la vivienda, y el 1.4% a otros créditos de consumo.

El 99.2% de la población encuestada valora como importante el ahorro. Solo el 0.8% no le da la importancia, están dispuestos a recibir educación financiera en un 83.9% y el 16.1 no está interesado en la propuesta de Educación e Inclusión Financiera.

En la encuesta se solicita la disponibilidad para realizar un ahorro para proyectos futuros, donde el 94,2% de la población se inclinan por un ahorro mensual, el 5.8 sugieren otros momentos para el ahorro (semanal y anual).

En general, de las experiencias analizadas a nivel de varios países, el desconocimiento de las finanzas provoca una mala utilización del crédito, encaminándolo especialmente a consumo. La inclusión financiera a través de la educación permite alcanzar usuarios mejor informados, con conocimiento de productos y servicios, tasas de interés adecuadas y, lo más importante, otras alternativas de finanzas populares como las cajas de ahorro, sociedades de inversión, cooperativas que permiten trabajar asociativamente, siendo dueños del capital para el desarrollo de sus grupos comunes o de una comunidad.

Con base a la experiencia internacional, la educación e inclusión financiera puede traer beneficios a los individuos y puede fomentar de forma más eficiente el uso de otros productos y servicios financieros y no financieros.

El análisis sobre el acceso al ahorro y crédito y su destino, da el punto de partida para diseñar una metodología que a través de la práctica de módulos de trabajo se trabaje con esta población y con otras sobre la temática financiera.

Por ser una valiosa práctica aplicada al emprendimiento (Benites & Suárez, 2019) y (Holguín, Benites, & Herrera, 2018), se puede trasladar a una propuesta para la población de estudio, partiendo de la conformación de una Caja de Ahorro y Crédito interna y trabajando a la par en Educación Financiera inclusiva en 5 módulos que consideren la educación económica, la educación financiera, la legislación ecuatoriana, la inclusión financiera y el ahorro e inversión para emprender. Esta práctica probada para otros temas relacionados puede ser la salida para el manejo acertado de los recursos en poblaciones con ingresos bajos.

Conclusiones

El objetivo central de esta investigación permitió que se analizaran las condiciones de acceso al ahorro y crédito con la finalidad de motivar a la población hacia la educación financiera. El estudio revela la motivación de las personas por estar mejor informadas para la toma de decisiones. Se ha podido evidenciar que las personas con menos ingresos son las que no acceden al sistema financiero formal y a su vez cuentan con menor cantidad de información.

Otro aspecto importante es que se observa una inclinación al ahorro, pero con una mayor apuesta por el crédito de consumo.  La educación financiera debe ser encaminada al ahorro para inversión productiva, que permita la generación de mayores ingresos, siendo la mayor parte de la población con cargas familiares de 2, 3 y 4 hijos la que demanda de mayores recursos.

 


 


Referencias

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