Ensayo
Las
Tecnologías Emergentes en la Sociedad del Aprendizaje
Emerging Technologies in the
Learning Society
Tecnológico
Edupraxis, Ambato, Ecuador.
La correspondencia sobre este
artículo debe ser dirigida a Orfa de Jesús Jacome Alvarez.
Email: ojacome@tecnologicoedupraxis.com
Fecha de recepción: 13 de
diciembre de 2020.
Fecha de aceptación: 8 de
febrero de 2021.
¿Cómo citar
este artículo? (Normas APA): Jacome-Alvarez, O. (2020).
Las Tecnologías Emergentes en la Sociedad del Aprendizaje. Revista
Científica Hallazgos 21, 6(1),101-110. Recuperado de http://revistas.pucese.edu.ec/hallazgos21/
Resumen
En el ámbito profesional, las
tecnologías son un elemento vital, que permiten aumentar la proactividad en
todo tipo de procesos, obtener y manejar información que marca la diferencia;
con su uso se busca agregar valor, reducir riesgos, mantener una perspectiva
global de las operaciones sobre la base de reportes con información completa y
precisa, incrementar la productividad y competitividad. De ahí que el ensayo
reflexiona acerca del uso de las tecnologías emergentes en la sociedad del
aprendizaje. Es producto de una investigación documental y de las vivencias en
el contexto de educación tecnológica, que permitió concluir que hay un tránsito
evolutivo desde la sociedad de la información a la del conocimiento y del
aprendizaje. En este marco, las tecnologías emergentes impactan cada vez más la
vida en general y la educación y el trabajo en particular.
Palabras clave: Aprendizaje; sociedad; trabajo; tecnologías emergentes.
Summary
In the professional field, technologies are a vital
element, which allow increasing proactivity in all types of processes,
obtaining and managing information that makes a difference; its use seeks to
add value, reduce risks, and maintain a global perspective of operations based
on reports with complete and accurate information, increase productivity and
competitiveness. Hence, the essay reflects on the use of emerging technologies
in the learning society. It is the product of a documentary investigation and
experiences in the context of technological education, which allowed to conclude
that there is an evolutionary transition from the information society to that
of knowledge and learning. Within this framework, emerging technologies
increasingly impact life in general and education and work in
particular.
Keywords: Learning; society; work; emerging technologies.
Las Tecnologías Emergentes en la Sociedad del
Aprendizaje
El contexto actual globalizado, producto del avance
de las tecnologías emergentes, ha recibido diferentes denominaciones de acuerdo
a su evolución; así se puede hablar de sociedad de la información y del
conocimiento, del aprendizaje, implicando cada una un mayor nivel de avance, e
incluso sociedad del riesgo como consecuencia de sus logros, pero también
desaciertos.
En este contexto, los desarrollos
científicos tecnológicos han transformado la vida del hombre y la sociedad en
general, por lo que supuestamente impacta la vida profesional en todas las
disciplinas, definido como un profesional del conocimiento que combina la
actividad intelectual con la manual. En tal sentido, el artículo analiza el
impacto de las tecnologías emergentes en la actividad profesional, con base a
una revisión documental, que permitió estructurarlo en tres aspectos: de la
sociedad de la información a la del conocimiento y el aprendizaje; aportes de
las tecnologías emergentes y conclusiones.
De la sociedad de la información
a la del conocimiento y el aprendizaje
Es evidente que el avance tecnológico o informacional está generando grandes cambios, que
es posible aún no se perciban tan claramente. Además de su rapidez, se requiere
de un período más largo de tiempo para que sus efectos sean descubiertos en
toda su magnitud. En este sentido, las organizaciones, entre estas las
educativas y empresariales, entre otras, están comenzando a darse cuenta de la
importancia de saber qué es lo que saben y de hacer el mejor uso de este
conocimiento. Este está siendo reconocido como el más importante activo de la
empresa, como el único recurso económico significativo y, por lo tanto, se
están haciendo esfuerzos por definir cómo adquirirlo, representarlo, retenerlo
y administrarlo.
En este contexto hay una
transición tampoco totalmente clara desde la sociedad de la información a la
del conocimiento y de esta a la del aprendizaje. Así para Pérez, Mercado,
Martínez, Mena y Partida (2018) la sociedad de la información se puede
considerar una nueva época en la historia contemporánea, caracterizada por la
vertiginosa evolución tecnológica y por el incremento exponencial en los
niveles de información generada y difundida a través de las TICs,
lo que supone una transformación en todos los ámbitos de la actividad humana.
Por su parte, la sociedad del
conocimiento implica un avance, ya que para los mismos autores su
característica principal es la construcción del saber cómo un medio de desarrollo,
con el objetivo de producir conocimiento con un amplio sentido social. En tal
sentido, esta sociedad cuenta con las capacidades para manejar y producir
conocimiento como eje central para impulsar la dinámica social en el ámbito
profesional y empresarial, por cuanto privilegia las actividades productivas de acuerdo a la vocación y potencial, tomando en
consideración los sectores definidos como dinamizadores, es decir la pequeña y
mediana empresa.
Aunque la sociedad de la
información y de conocimiento son tratados como sinónimos no lo son, aunque si
están ligados. La primera tiene más que ver con la innovación tecnológica y la
segunda, con una dimensión más amplia de transformación social, cultural, económica
y política. De acuerdo a Pérez et al.:
dentro de la sociedad del
conocimiento se considera a la innovación como factor esencial para la
hegemonía del sistema económico, pues es el elemento principal para brindar
solución a problemáticas y exigencias de la sociedad actual. El conocimiento…es
el motor principal para impulsar la innovación (p.8).
En este sentido, las comunidades
profesionales más comprometidas en la economía fundada en el conocimiento son
las comunidades tecno-científicas. En estas, por
definición, la mayor parte de sus miembros son productores de conocimiento y en
las que instituciones específicas impulsan a cada uno a liberar y compartir de su
saber y han sido siempre pioneras históricamente en la utilización de las nuevas
tecnologías de información.
Bastante cercanas son las comunidades
de usuarios de programas de informática libres. También en este caso, la mayor
parte de los miembros producen nuevos conocimientos, en particular para
resolver los problemas y corregir los defectos del programa, se ven inducidos a
compartir sus conocimientos y evidentemente utilizan de manera intensiva las
tecnologías de la información para garantizar la circulación de las nuevas
soluciones.
Se reconoce en el conocimiento un
activo importante que debe adquirirse, clasificarse, conservarse y explotarse
para lograr los objetivos de la empresa y hallar nuevas oportunidades. Este es
un proceso que debe formar parte de las actividades cotidianas de una
organización, en la cual se busca realizar un seguimiento a las acciones que se
llevan a cabo en unidades productivas de pequeña escala en función de la
internalización, en los individuos que las integran, de los conocimientos allí
generados.
En este aspecto, la
información digital cobra importancia, por cuanto optimiza el uso de recursos
escasos, al tiempo que brinda soluciones para compartir el costo del permanente
desarrollo de la tecnología. El camino que hay que recorrer desde el gran
número de iniciativas dispersas de acceso público a la información digital que
existen en el marco institucional estable aún es largo. Además, como en todo
sistema social complejo, las soluciones para enfrentar problemas como la rápida
obsolescencia de los equipos y la capacitación del personal no son simples ni
intuitivas.
Por su
carácter transversal, es indispensable la participación de las máximas
autoridades de los países, de los especialistas en computación y telecomunicaciones
y de los profesionales de las áreas de aplicación en la gestión de las
políticas de apoyo a las TICs. Más aún, debe aprovecharse
la inteligencia colectiva. Las TICs que suministran
mecanismos de colaboración y de consulta virtual, han resultado ser una
herramienta útil para que los diferentes sectores sociales participen de una
manera proactiva.
En este sentido, la sociedad del conocimiento se
caracteriza por capacidades múltiples de creación, producción, intercambio y de
circulación de los conocimientos creados y utilización intensiva de las nuevas
tecnologías orientadas fundamentalmente hacia la producción y la divulgación de
conocimientos. La progresión del conocimiento se ve reforzada por las múltiples
posibilidades de recombinación, transposición y sinergia. Una parte creciente
de la base de conocimientos está codificada, lo que aumenta las capacidades de
memoria y comunicación, brindando la posibilidad de nuevos enfoques
cognoscitivo. El control de la calidad del conocimiento está garantizado, ya
que cada persona puede reproducir, poner a prueba y criticar los conocimientos
nuevos.
Por su parte, la sociedad del aprendizaje, de acuerdo a Suárez (2018), surgen en orden cronológico
entre la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento, no obstante,
para el autor eso no significa que dicho orden explique el devenir de la
sociedad. Así mismo plantea una postura de coexistencia según la cual cada una
describe y atiende a diferentes aspectos y procesos sociales. A efecto de este
trabajo se asume en una tercera fase de evolución de la sociedad.
Se asume, de acuerdo con el autor citado, como una
constante gestión del cambio, lo que implica reconocer el aprendizaje como
mediación social. Implica la “consideración de cambio social permanente no
basado de manera fundamental solo en el cambio tecnológico” (p.16). Se refiere
a un proceso para el cual no es suficiente la disponibilidad de información, ya
que conlleva un alto grado de interacción creativa, en el que se dé la
comunicación compleja como un proceso social, colectivo y horizontal. Se trata
de la acción de creación constante, de interacciones subjetivas de tipo serenditipico, a partir de situaciones emergentes.
Puesto que todo el mundo tiene acceso a todos
los conocimientos producidos, no se reinventa dos veces la misma cosa; mientras
que algunos nuevos conocimientos son producto de un esfuerzo colectivo de acción
y mejora. De acuerdo a Alfonso (2016) su premisa
fundamental es aprender a aprender, en una visión de aprendizaje permanente,
tanto en contextos diversos, no constreñidos por el currículo. Surgen posibilidades
de reorganización espacial de las actividades formativas y de creación de
comunidades virtuales.
Tecnologías emergentes, educación y trabajo
Se entiende por
tecnologías emergentes el conjunto de los avances de las tecnologías digitales,
las tecnologías de la información y comunicación, la robótica, los nuevos
materiales y el internet de las cosas, entre otros, que permiten el acceso,
producción, tratamiento y comunicación de la información presentada en
diferentes códigos (texto, imagen, sonido).
La Comisión
de Ciencias y Tecnologías para el Desarrollo de las Naciones Unidas (2018)
incorpora a éstas los macro datos, la inteligencia
artificial, la automatización, la impresión tridimensional, la biotecnología, nano
y micro satélites, la neurotecnología, la biología
sintética, los nanomateriales, las tecnologías avanzadas de almacenamiento de
energía y la tecnología de cadena de bloques. Sus aplicaciones “ofrecen nuevas
oportunidades para la prosperidad económica, la inclusión social y la
sostenibilidad ambiental gracias a la convergencia y la recombinación
tecnológica” (p.2).
Las tecnologías emergentes tratan acerca del
empleo de computadoras y aplicaciones informáticas para transformar, almacenar,
gestionar, proteger, difundir y localizar los datos necesarios para cualquier
actividad humana. En ese sentido, son recursos de apoyo que permiten la
simulación, la virtualización, el modelado, entre otras funciones, de sistemas
reales, así como apoyo en funciones de docencia, evaluación y administración, va
más allá del espacio y del tiempo. Al respecto, Raso (2018) señala que “La
humanidad está transitando de la automatización a la creación de la
inteligencia artificial” (p.16). Esta cita evidencia los avances de las
tecnologías que están impactando el ámbito laboral, desapareciendo empleos,
aunque la demanda de trabajo seguirá siendo sostenida, pero en actividades
distintas.
En
ese sentido, han impuesto también un cambio en las relaciones laborales, económicas,
culturales, sociales y en la forma de pensar de los propios individuos. Las
tecnologías emergentes son el núcleo
central de una transformación multidimensional que experimenta la economía y la
sociedad, así como la transformación que impone al ser humano como ente social,
ya que tiende a modificar no sólo sus hábitos y patrones de conducta, sino,
incluso, su forma de pensar, trabajar y educarse.
Estos procesos, según Catalano (2018), no
“remplazarán a los seres humanos, pero requerirán de ellos competencias màs complejas de nivel cognitivo no rutinario y de toma de
decisiones sobre ámbitos que las computadoras no pueden realizar” (p.24). De
ahí que garantizar el uso productivo de las tecnologías implica la
alfabetización digital, que tiene como objetivo orientar el aprendizaje de los
conceptos y habilidades básicos para que las personas puedan utilizar la
tecnología en la vida cotidiana y desarrollar nuevas oportunidades sociales y
económicas para ellos, sus familias y sus comunidades.
Al respecto Carrizosa (2018) señala que los
trabajadores necesitan formación y el reciclaje para adaptarse a corto plazo a
la industria 4.0, potenciando las competencias de aprendizaje permanente y la
digital, lo cual debe hacerse no solo en escenarios formales, “lo que supone
tolerar, aceptar y fomentar el aprendizaje abierto (…) y online” (p. 42). Lo
planteado corresponde con la sociedad del aprendizaje.
La alfabetización digital se define,
entonces, como la competencia de un individuo para realizar
tareas efectivamente en un ambiente digital, que significa la información
representada en forma numérica y utilizada por las computadoras, incluye la
habilidad de leer e interpretar los textos, sonidos e imágenes (media), reproducir
datos e imágenes a través de la manipulación digital además de evaluar y
aplicar nuevo conocimiento adquirido por las comunidades digitales.
Hace
referencia a las competencias necesarias para localizar, entender y analizar de
forma adecuada la información a través de las tecnologías digitales. Es decir,
las competencias necesarias que toda persona necesita para poder utilizar e
incluir las tecnologías en su día a día, implicaría no solo la competencia de
consumo sino también de producción del
contenido.
De acuerdo con
García, Navarro y Espinosa (2018), a medida que avanzan las
tecnologías y sus usos evolucionan surgen nuevas habilidades, por tanto, el
concepto de competencias digitales tiene que ser dinámico y revisado periódicamente.
Así con la aparición y uso de herramientas de informática social se generan
nuevas habilidades relacionadas con la colaboración, intercambio, apertura,
reflexión y también desafíos tales como la calidad de la información, la
confianza, responsabilidad, privacidad y seguridad. Por otra parte, con el uso
de las competencias digitales en el aula los futuros profesionales desarrollan
su pensamiento creativo, construyen conocimientos y elaboran productos y procesos
innovadores.
Para la
Comisión de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de las Naciones Unidas (2018),
la competencia digital es un concepto complejo y va más allá de la
alfabetización tecnológica, no solo se refiere a los conocimientos y
habilidades técnicas, se focalizan más en los aspectos cognitivos, sociales y
emocionales para trabajar y vivir en un entorno digital.
En tal sentido, los principales retos de
las profesiones por el uso de las tecnologías emergentes son la capacitación de
profesionales, dando respuesta creativa a las demandas de formación continua y
ocupacional. De acuerdo a Pinto, Diaz y Alfaro (2016)
lo adecuado es utilizar las Tecnologías de Aprendizaje y el Conocimiento (TAC) que
están orientadas al aprendizaje colaborativo, son interactivas y están
fundamentadas en la alfabetización tecnológica, el desarrollo de competencias
digitales y la construcción de conocimientos.
Se requiere, igualmente, la promoción de
modelos de gestión del conocimiento de las organizaciones digitales que
integren de forma amigable los conceptos y aplicaciones, tales como la firma
electrónica, factura electrónica, conectividad documental, interoperabilidad,
entre otros. Así mismo, la innovación y el desarrollo tecnológico, haciendo especial hincapié en las tecnologías como la nanotecnología,
electrónica, sistemas embebidos y comunicaciones móviles, entre otras, retos claves
para poder crear soluciones innovadoras que respondan al desarrollo de un uso
avanzado de estas.
De ahí que en cada uno de los múltiples
escenarios donde se utilicen las tecnologías emergentes se deben realizar
acciones y programas con los siguientes objetivos: (a)desarrollar soluciones
avanzadas en productos y servicios, teniendo clara visión sobre su entorno de
aplicación y perfil de usuario (ciudadanía y organizaciones); (b)trabajar en la
integración-conectividad de sistemas heterogéneos favoreciendo la inter
operatividad entre sistemas, tecnologías, plataformas y (c) avanzar en la
consolidación de una oferta local de tecnología competitiva, sostenible y
global, que responda a las especificidades propias.
Las
tecnologías emergentes permiten una mayor seguridad, en la que la innovación en
las redes y servicios son básicas para potenciar todos los sistemas y
mecanismos de protección. Suponen la primera barrera de defensa de los usuarios
ante esas amenazas, pero la situación también requiere un comportamiento activo
por parte de ellos, como la encriptación de documentos, el cifrado de datos,
las copias de seguridad, la partición de disco, entre otros, lo que no siempre
se produce, especialmente en las pequeñas empresas y en los hogares.
No todo ha sido beneficio para los usuarios, ya
que, tras la masiva entrada del internet en los vínculos personales, se ha
afectado la privacidad, y aún más, en ocasiones la libertad, ya que, con las
denominadas redes sociales, y su masivo uso, es común que suelan verse
expuestas vidas, incluso sin desearlo, volviéndose estas prácticas usuales y
haciéndose casi imposible detenerlas.
Generalmente esto ocurre sin notarlo,
pasando por alto que la intimidad está siendo violada, todo lo anterior porque
en la sociedad actual la sobre exposición de vidas se está haciendo común y
aceptable. Lo anterior resulta factible para empresas que desean conocer gustos
y preferencias de los posibles mercados, ya que tener acceso a la intimidad de
las personas permite poner en práctica sistemas de gestión comercial que les
den como resultado soluciones de venta, distribución, logística o lo que deseen
saber sobre el mercado actual; que en su mayoría es aquel que tiene acceso a
las redes sociales en cualquiera de sus modalidades.
Por ello, es
muy importante mejorar la cultura de seguridad de los ciudadanos y las
empresas; así como la formación en este campo en todas las organizaciones, lo
que es un ingrediente fundamental para que la seguridad online sea una realidad
en todas partes, acorde con el mundo digital en el que se desenvuelve la
sociedad actual. El Instituto Nacional de Ciberseguridad (2017) señala que para
garantizar la seguridad en la identidad on line de las empresas y de los
trabajadores que usan las redes sociales en su actividad profesional se
requiere establecer una política interna de uso de las redes sociales y una
guía de buenas prácticas.
La seguridad online es importante para la
organización, ya que mediante el uso de esta herramienta se le debe transmitir
confianza al usuario. Para que los usuarios de todo tipo utilicen las nuevas
redes, servicios y aplicaciones TICs y contribuyan al
desarrollo de un sector y de un mercado imprescindible para la economía, es
necesario que tengan confianza en que su utilización sea segura, que su
privacidad y sus datos estén protegidos, y que no sufran riesgos de ningún
tipo.
Otro
elemento fundamental del uso de las TICs es la identidad
online, la cual se entiende como el rastro que cada usuario de internet deja en la red
como resultado de su interrelación con otros usuarios o con la generación de
contenidos; es una consecuencia de la comunicación. La imagen corporativa es uno de los signos de
identidad más representativos e importantes de las empresas, ya que está
directamente relacionada con otros componentes básicos de la comunicación
institucional que pueden ayudar a retener o hacer permanecer la marca en la
mente del cliente, a la vez de servir como un destacado factor de
diferenciación.
La identidad online es importante en los aspectos corporativos
utilizados para dotar a las empresas de una personalidad propia, la identidad
corporativa, como concepto visual y físico, aplicada sobre diferentes soportes,
a través de los que se puede dar a conocer a una empresa o potenciar el impacto
de su propia imagen de marca. Para alcanzar un mayor impacto y óptimo
resultado, durante el proceso de creación de esta imagen corporativa el diseño
y la creatividad juegan un papel sumamente importante.
Las empresas, aplican las innovaciones en la identidad online,
ya que están fundamentadas en su capacidad de identificar a una
marca a través del estímulo visual, haciéndola destacar
por encima de las otras, pero a su vez, comunicando el papel que
esa marca cumple en el mercado; sus valores, visión y misión. La seguridad
online plantea
un sistema de identidad efectivo y mientras más una imagen sea
compartida mayor será el alcance comercial. Esto se debe al rápido crecimiento
del marketing digital, las
empresas han optimizado sus valores estéticos y de diseño para generar mucho más tráfico en
las redes sociales.
Otro uso de las TICs está relacionado con las redes personales y corporativas operadas por redes
digitales que se comunican a través de internet. Como las redes son
globales y no conocen límites, la sociedad del aprendizaje es una sociedad de
redes globales. Esta estructura social propia de este momento histórico es el
resultado de la interacción entre el paradigma tecnológico emergente basado en
la revolución digital y los cambios socioculturales relacionados con las nuevas
tendencias comunicación y la educación.
Las redes sociales las construyen sus propios
usuarios a partir de criterios específicos de grupo. Sus propios miembros las van
configurándolas, aplicando diferentes niveles de perfil y privacidad. La clave
del éxito no es el anonimato, sino más bien la auto presentación de una persona
real que está conectada con personas reales, por tanto, se está ante una
sociedad autoconstruida mediante la conexión en red con otras redes. Pero no se
trata de una sociedad virtual; existe una estrecha conexión entre las redes
virtuales y las redes vivas, es un mundo híbrido, entre el mundo real y virtual.
Las redes sociales son una gran
ayuda para los grandes empresarios, ya que pueden ofrecer sus productos por
estas y ser compradas en el mismo sitio web. Su objetivo no es sólo el hecho de
informar y difundir, sino de transformar el entorno, en la búsqueda constante
del enriquecimiento intelectual del ser humano en su quehacer creativo.
El boom de las redes
sociales como Facebook, Twitter, My Space, YouTube, entre otros, está logrando que la relación
entre el hombre, la tecnología y los negocios se entrelacen, así mismo fomenta
que el desarrollo socioeconómico sea continuo. Las tecnologías propias de las
redes, de acuerdo a Valarezo y Santos (2019), son las
que promueven el empoderamiento y la participación (TEP) para incidir en las
personas y crear tendencias; así como espacio de participación ciudadana,
impulsando cambios.
Conclusiones
Se plantea la transición de la sociedad de
la información hacía la del conocimiento y luego hacia la del aprendizaje. La
premisa fundamental de la sociedad de la información es el énfasis en el uso de
las tecnologías y sus posibilidades de uso e incorporación en la mayor parte de
las actividades humanas; la sociedad del conocimiento se caracterizada por una
economía basada en el conocimiento. La sociedad del aprendizaje se centra en lo
relacional y lo organizacional, que incluye la disponibilidad tecnológica y sus
posibilidades, pero la trasciende: implica el aprendizaje individual pero
también el colectivo, para todos y para toda la vida, en diferentes contextos;
conlleva la disposición de aprender y reaprender constantemente.
Las
tecnologías emergentes han cambiado las formas de acceso al conocimiento, de
comunicación y de relacionarse, a tal punto que la generación, procesamiento y
divulgación de información se está convirtiendo en factor de poder y
productividad en la sociedad del aprendizaje. La productividad y la
competitividad dependen con mayor necesidad de la capacidad de concebir y poner
en práctica la información transformada en conocimiento.
Así
mismo, dan paso a nuevos e innovadores escenarios para la difusión y
divulgación de la ciencia y la tecnología. El cambio ha sido rápido e
impactante. Los impactos en las distintas áreas del saber (la informática, la
física, la medicina, la matemática, entre otros) son muy avanzados. La
transición que implican los cambios generados por las tecnologías conlleva a un
aprendizaje constante en los diversos campos de la investigación, en los
procesos educativos y la sociedad en general, al transformar las maneras de
producir riqueza, de interactuar socialmente, de definir las identidades y de
crear y difundir el conocimiento.
El impacto en la empresa ha
sido cada vez más importante en los últimos años, en que cada vez se han ido
incorporando
nuevas tecnologías, facilitando las
tareas y generando innovación. Una empresa que incorpora las nuevas
tecnologías es más competitiva, cuenta con mayores recursos de
producción y está en constante avances; mientras que las que no invierten en
tecnología se van quedando atrás. Existen dos problemas relacionados con la tecnología y es
que se está renovando constantemente de manera que la inversión cada vez es
mayor. Además, los trabajadores deben ser entrenados y formados
para conocer las tecnologías, con la consecuente necesidad de recursos de
formación y tiempo para esta. Por otra parte, existen nuevas necesidades
relacionados con las tecnologías, como la protección de datos personales, entre
muchas otras.
Igualmente, se requieren crear nuevas profesiones como la del desarrollador de aplicaciones para móviles, analista
digital o responsable de comercio electrónico, además de todas aquellas que
están por venir y que aún no se conocen. Estas nuevas profesiones deben ser
forjadas en nuestras universidades, por ser los centros de enseñanza superior
que mejores condiciones científico- pedagógicas poseen. Y con ello, se brindan más opciones de atraer talento,
teniendo en cuenta que muchas personas utilizan canales digitales para buscar
empleo.
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