Editorial

Las investigaciones mixtas

El investigador de talla mundial Roberto Hernández – Sampieri, tanto en su obra más conocida (Metodología de la Investigación, junto a Fernández Collado y Baptista Lucio), como en su más reciente libro (Metodología de la Investigación: Las rutas cuantitativa, cualitativa y Mixta, con Mendoza Torres) aborda ampliamente la necesidad del uso de los métodos mixtos como el mejor camino para lograr una mejor comprensión de cualquier fenómeno, bajo la premisa de que entender un objeto de estudio a cabalidad no se podría lograr con cada uno de estos métodos por separado.

La combinación de métodos representa un conjunto de procesos empíricos, sistemáticos y críticos en la recolección y análisis de los datos, para realizar inferencias a partir de su integración y discusión conjunta. Es imposible, por ejemplo, medir actitudes a partir de escalas de puntuación cuando los datos cuantitativos miden información cerrada, cuyo análisis se centra en valorar estadísticamente las puntuaciones recopiladas en esas encuestas que buscan probar hipótesis. Se sabe, igualmente, que los datos cualitativos son información abierta que se obtiene a través de técnicas como las entrevistas, grupos focales u observaciones. Analizar esos datos cualitativos, partiendo de las unidades de análisis, las categorías y temas determinados como parte del estudio es una excelente forma de conocer la diversidad de ideas, percepciones y puntos de vista de los sujetos del estudio. Es por eso por lo que con toda investigación mixta se gana en amplitud y profundidad en la comprensión del fenómeno estudiado, y se compensan las debilidades inherentes al uso de cada enfoque por separado. 

Un detalle muchas veces obviado es el uso de la nomenclatura internacional cuando se quiere especificar el peso de cada método dentro de un estudio mixto, según el objetivo general y las preguntas específicas de la investigación. Como precisan Hernández y colaboradores en sus obras, si ambos métodos tienen el mismo peso, se puntualizará, dentro de paréntesis, usando inicial mayúscula en las palabras abreviadas (Cuan – Cual o Cual – Cuan); de lo contrario, solo se pondrá con inicial mayúscula aquella parte que será prioritaria (ej. Cual – cuan o Cuan – cual). No usar la nomenclatura internacional se ha convertido en un error típico en muchos centros universitarios.

Pero ¿cuándo usar un estudio mixto? Varias son las razones para no subestimar este tipo de investigación. Una es cuando se necesita examinar continuamente una pregunta de investigación desde sus posibles diferentes aristas y así esclarecer hallazgos inesperados o algunas contradicciones. Otra razón se da, frecuentemente, cuando una interrogante científica necesita ser corroborada por la insatisfacción empírica de los resultados obtenidos con otros métodos. Una tercera razón muy común es la necesidad de desarrollar una teoría sobre un objeto de estudio y luego comprobarla. Se dice que la investigación cualitativa es más adecuada para construir teorías o generalizaciones, mientras que la cuantitativa brinda hechos más sólidos para probar esas teorías. Y aunque hay otras razones, una muy válida es cuando se sabe poco sobre un tema y se precisa conocer primero qué variables estudiar, usando la investigación cualitativa, para luego estudiar esas variables con una muestra representativa,  probabilística utilizando la investigación cuantitativa.

Los nuevos tiempos, con sus retos, nos van dictando qué camino consolida mejor nuestra ciencia. Reflexionemos.