Artículo Original
Implementación de Prácticas Restaurativas para Mejorar
las Relaciones Interpersonales entre Estudiantes
Implementation
of Restorative Practices to Improve Interpersonal Relationships among Students
Jessica N. Tumbaco- Quinatoa
Unidad educativa salesiana María Auxiliadora;
Darío J. Carpio- Marmolejo
Dirección Distrital 17D11 Mejía Rumiñahui-Mies;
María J. Reyes- Reyes
Esmeraldas, Ecuador; y
Pontificia Universidad
Católica del Ecuador- Esmeraldas.
La
correspondencia sobre este artículo debe ser dirigida a Viviana M. Márquez
Arboleda
Email: viviana.marquez@pucese.edu.ec; jessicatumbaco_2023@hotmail.com; dariocarpio313@gmail.com; mariajose.reyes20@outlook.com
Fecha
de recepción: 10 de octubre de 2023.
Fecha
de aceptación: 27 de octubre de 2023.
¿Cómo
citar este artículo? (Normas APA): Tumbaco-
Quinatoa, J.N., Carpio- Marmolejo, D.J., Reyes- Reyes, M.J., & Márquez- Arboleda, V.M. (2023). Implementación de Prácticas Restaurativas para Mejorar las
Relaciones Interpersonales entre Estudiantes. Revista Científica Hallazgos21, 8 (3),
284- 293. http://revistas.pucese.edu.ec/hallazgos21/
Resumen
Según las ideas de Esquivel (2020), las
prácticas restaurativas son útiles en la creación de unión dentro del equipo, el
fortalecimiento de vínculos y formación de comunidad. Además, sirven para
supervisar la dinámica grupal mediante actividades en círculo y abordar
conflictos, tanto leves como graves. El objetivo de esta investigación fue
evaluar cómo estas prácticas afectan el entorno escolar y el bienestar
emocional del alumnado, con el propósito de identificar mejoras en la
convivencia educativa en dos escuelas públicas de Educación General Básica en
la provincia de Esmeraldas. Para llevar a cabo esta investigación, se adoptó una
vía cualitativa, de naturaleza exploratoria, a través de la recolección de
experiencias y percepciones de los participantes después de la implementación
de un total de 16 círculos restaurativos.
Estos círculos se dividieron en ocho sesiones, destinadas a crear
comunidad y otros ocho con un enfoque preventivo. Además, se recopilaron las
voces y perspectivas de todas las personas involucradas, lo que enriqueció
nuestra comprensión del fenómeno estudiado. Los resultados evidencian un
impacto positivo en las relaciones interpersonales y resolución de conflictos
en el entorno escolar y a su vez se pone en práctica la comunicación asertiva y
la empatía entre estudiantes. En conclusión, este proceso permitió fomentar la meditación
sobre las actitudes negativas y su impacto en las relaciones interpersonales en
el ambiente escolar.
Palabras clave: Prácticas restaurativas;
relaciones interpersonales; estudiantes; escuelas públicas.
Abstract
According to
the ideas of Esquivel (2020), restorative practices are useful in creating
unity within the team, strengthening ties and forming a
community. In addition, they monitor group dynamics through circle activities
and address minor and serious conflicts. The objective of this research was to
evaluate how these practices affect the school environment and the students'
emotional well-being, and to identify improvements in educational coexistence
in two public schools of Basic General Education in the province of Esmeraldas.
To carry out this research, a qualitative approach, of an exploratory nature,
was adopted through the collection of experiences and perceptions of the
participants after the implementation of a total of 16 restorative circles. These
circles were divided into eight sessions, aimed at creating community and
another eight with a preventive focus. Additionally, the voices and
perspectives of all people involved were collected, which enriched our
understanding of the phenomenon studied. The results show a positive impact on
interpersonal relationships and conflict resolution in the school environment
and at the same time assertive communication and empathy among students are put
into practice. In conclusion, this process allowed us to promote meditation on
negative attitudes and their impact on interpersonal relationships in the
school environment.
Keywords: Restorative
practices; relationships; students; public schools.
Implementación de Prácticas
Restaurativas para Mejorar las Relaciones Interpersonales entre Estudiantes
El
Instituto Internacional de Prácticas Restaurativas (IIPR, 2013) caracteriza las
prácticas restaurativas como "un campo en desarrollo en ciencias sociales
que examina la manera de potenciar los lazos entre personas, así como las
interacciones sociales en las comunidades"(p.1).
Por su lado, Schmitz (2018) expresa que las prácticas restaurativas representan
una perspectiva y acción para prevenir y abordar situaciones de conflicto en
diversos contextos, como el entorno familiar, educativo, y judicial, entre
otros.
En la actualidad existen otras alternativas para abordar
estas situaciones en los entornos escolares. Entre estas alternativas, las
prácticas restaurativas se destacan notablemente. Esta metodología se basa en
el diálogo como eje central para la mediación y resolución pacífica de
conflictos.
Es
por ello por lo que, la implementación de las prácticas restaurativas tiene
como objetivo abordar los desacuerdos y conflictos persistentes entre los
estudiantes, haciendo uso de estrategias propias de esta metodología, tales
como la formación de círculos para crear comunidades y círculos preventivos. De
esta manera, se busca fomentar aspectos fundamentales en la convivencia
escolar, como la comunicación y expresión de sentimientos, la cohesión grupal,
un ambiente positivo en el aula, la restauración y la asunción de responsabilidades
en las relaciones, como se puede evidenciar en un estudio realizado en Perú, el
cual concluyó que a mayor implementación de círculos restaurativos, mejor
resolución de conflictos que beneficia a la unidad educativa, permitiendo que
las personas implicadas directamente reconozcan la importancia de la escucha y
el dialogo (Esquivel, 2020).
Para
el Instituto Internacional de Prácticas Restaurativas (IIPR, 2013), “Las
prácticas restaurativas son una ciencia social que estudia cómo generar capital
social y alcanzar una disciplina social a través de un aprendizaje y toma de
decisiones participativos” (p.1). Esto
implica que las personas asumen un rol protagónico al momento de enfrentase a
diversos problemas que les rodean y a su vez a poner en práctica el medio
primordial para la resolución de los conflictos, como es el caso de la
comunicación.
Es
relevante destacar que esta metodología no se limita únicamente a entornos
formales, sino que también abarca los no formales, lo que posibilita su
implementación en diversos sectores de la sociedad. Esto se refleja claramente
en el gráfico a continuación, que ilustra el espectro
de las prácticas restaurativas:
Por otro lado, Costello
y colaboradores (como lo cita Valdes, 2021), en las
prácticas restaurativas, se resalta la convivencia comunitaria y la
participación abierta como la base de la construcción de una comunidad
cohesionada, considerando aspectos fundamentales como la colaboración, la
comprensión mutua, la consideración y el cuidado por el bienestar de otros; así
como la consciencia sobre cómo nuestras acciones influyen en el bienestar
emocional de quienes compartimos nuestro entorno.
Por
su parte, Ministerio de Educación (2016) indica que, en el ámbito educativo, la
perspectiva restaurativa posibilita la edificación de un conjunto de
principios, mentalidades, herencias, comportamientos y formas de vida que se
oponen a la violencia y procuran abordar las raíces de los conflictos para
resolverlos a través del diálogo entre las personas. En este sentido dentro de
las comunidades educativas esta metodología apunta a instaurar y fortificar el
sentido de comunidad, así como a prevenir, identificar y manejar los conflictos
y las expresiones de violencia
Cuando
se trata de implementar las prácticas restaurativas, el Ministerio de Educación
(2017) identifica tres enfoques para llevar a cabo este proceso: círculos
preventivos, círculos de creación de comunidad y círculos reactivos. Cada uno
de estos debe planificarse de antemano, considerando cuidadosamente los bloques
de preguntas que se emplearán en su desarrollo. A continuación, se detallan
cada uno de estos círculos:
Círculos de Creación de Comunidad: Estos se configuran como herramientas interactivas donde los
participantes implicados tienen la oportunidad de conocerse mutuamente y
expresar libremente sus emociones o estados de ánimo. Además, se plantea como
objetivo adicional prevenir la aparición de nuevos conflictos.
Círculos Preventivos:
Este tipo de encuentros se concibe como una herramienta de diálogo diseñada
para abordar un conflicto latente que haya surgido dentro de un grupo social y
evitar posibles conflictos futuros que puedan derivarse del problema inicial.
Círculos Reactivos: Estos círculos se centran en abordar
formalmente un conflicto o reparar el daño en el cuerpo estudiantil. Involucran
a todos los estudiantes en la gestión de conflictos para restaurar las
relaciones humanas, dado que un comportamiento conflictivo afecta a toda la
clase.
Es
esencial reconocer la trascendencia de abordar las prácticas restaurativas en
los centros educativos, considerando que en estos entornos se están formando
individuos con perfiles diversos, lo que aumenta la probabilidad de que surjan
conflictos. Para asegurar que el bienestar emocional y físico de los
involucrados no se vea perjudicado, la comunidad educativa debe contar con un
conjunto de herramientas que les permitan gestionar estos conflictos de manera
adecuada.
En
este contexto, las prácticas restaurativas no representan una solución
definitiva, pero sí se erigen como una metodología que capacita a las
comunidades para identificar y resolver de forma pacífica los conflictos
cotidianos. Según el Ministerio de Educación (2017),
El enfoque restaurativo busca superar el modelo punitivo de
gestión de la convivencia escolar (relacionado con la falta y su consiguiente
sanción), proponiendo una nueva perspectiva que aboga por transformar los
conflictos mediante la asunción de responsabilidad y la reparación de
daños" (p.14).
Este enfoque garantiza la mejora de las
relaciones interpersonales y la convivencia escolar en la comunidad educativa.
Por
otro lado, Pomar y Vecina (2013) expresan que las prácticas restaurativas
fomentan el sentido de comunidad en las escuelas, al proporcionar herramientas
para enseñar a los alumnos y a todos los adultos que forman parte de ella que
sus acciones afectan a todo el conjunto y, por ende, comparten la
responsabilidad de crear un entorno más saludable.
Además,
el Artículo 347 de la Constitución del Ecuador de 2008 plantea "garantizar
que los centros educativos sean espacios democráticos para el ejercicio de
derechos y la convivencia pacífica" (Asamblea Nacional, 2008, p.169). Esto
implica promover que el personal docente, estudiantes y directivos convivan con
el propósito de minimizar la aparición de conflictos.
Método
El
presente estudio se llevó a cabo en dos centros educativos fiscales ubicados en
la provincia y cantón de Esmeraldas, uno situado en la parroquia Tachina (área
rural) y otro en la zona urbana, centrándose en los grados 4° y 5° de Educación
Básica.
Para
abordar esta investigación, se adoptó un enfoque cualitativo de naturaleza
exploratoria. El objetivo de este enfoque es comprender, describir y, en
ocasiones, explicar fenómenos sociales desde una perspectiva interna. Este
entendimiento se logra a través de diversas estrategias, como el análisis de
experiencias y percepciones de individuos o grupos, examen de interacciones y
comunicaciones en tiempo real, y análisis de documentos (Flick, 2015).
Por
lo tanto, este estudio se centró en la recopilación y análisis de datos
cualitativos, principalmente mediante la recopilación de experiencias y
percepciones de los participantes después de la implementación de un total de
16 círculos. Además, para la implementación de los círculos, estos se
dividieron en dos fases, cada una con ocho sesiones destinadas a la
construcción de comunidad y enfoque preventivo. Se trabajó con tres aulas en
total, dos de 4° grado y una de 5° grado, incluyendo a 90 estudiantes en este
proceso.
Las
temáticas para las sesiones se seleccionaron considerando las directrices del
Ministerio de Educación (2016) para la implementación de este enfoque. Esta
metodología posibilitó una exploración profunda de los impactos de las
prácticas restaurativas en los estudiantes y en el entorno educativo,
recopilando así las voces y perspectivas de todos los involucrados, enriqueciendo
la comprensión del fenómeno estudiado. Es relevante destacar que la
implementación de las prácticas restaurativas se enfocó en los dos primeros
procesos: los círculos de creación de comunidad y los círculos preventivos.
Esto se debe a que la tercera (los círculos restaurativos) posee
características específicas y solo puede ser ejecutada por profesionales
capacitados y autorizados en los centros educativos.
Cada
encuentro tuvo una duración de una hora y media a dos horas, ajustándose a la
autorización de los directivos y docentes a cargo de los grupos. Los encuentros
se llevaron a cabo tanto en las aulas de clase como en espacios al aire libre,
considerando la cantidad de estudiantes presentes en el aula. En el proceso de
recolección de datos, se empleó un diario de campo para registrar las
reacciones de los estudiantes durante los círculos y para identificar las
dificultades que algunos estudiantes experimentaron durante su ejecución. Este
instrumento también permitió identificar las temáticas de interés para abordar
en los círculos preventivos.
Adicionalmente,
se realizó una observación directa de las reacciones de los estudiantes que
participaron en el proceso, evaluando aspectos como el interés, la motivación,
la participación y el cumplimiento de los compromisos asumidos.
Resultados y Discusión
Como
resultado de los datos obtenidos a partir de las unidades de análisis,
surgieron tres categorías:
Categoría: Ubicación de los Centros
Educativos
En
el primer centro educativo ubicado en la zona urbana, participaron alrededor de
50 estudiantes, abarcando 5° y 4° año. Se encontraron múltiples dificultades
para la ejecución de los círculos debido a la distracción causada por ruidos
externos, ya que la unidad educativa está en el centro del cantón, con tráfico
de vehículos públicos y privados, así como comercios cercanos. Además, las
aulas con iluminación insuficiente complicaban la dinámica de las sesiones.
Por
otro lado, en el segundo centro educativo ubicado en Tachina, zona rural, se
evidenció una infraestructura insuficiente para la cantidad de estudiantes. Las
aulas estaban sobrepobladas, y en el caso del 5° año, se dividió en dos
subgrupos de 20 personas cada uno para garantizar la efectividad de la
metodología. Se realizó en el patio del centro debido a la limitación de
espacio. Se observó que un grupo mostró mayor interés, actitud positiva y buena
comunicación en comparación con el segundo grupo, en el que hubo algunas
dificultades.
Dos
de las maestras no quisieron involucrarse en la realización de los encuentros,
alegando muchas responsabilidades que les impedían participar, a pesar de
haberles compartido y socializado las actividades planificadas.
Este
estudio subraya la importancia de poder implementar estos procesos en centros educativos
que dispongan de infraestructura adecuada, aulas apropiadas, buena iluminación
y ventilación, para evitar que el grupo de estudiantes se distraiga o se sienta
fatigado durante la ejecución de la metodología.
En
ambos centros educativos, a pesar del interés y la motivación de la mayoría de
los estudiantes, la ubicación de la escuela y la falta de un espacio físico
adecuado limitaron el impacto que podían tener estos procesos.
Categoría: Tipos de Círculos (Creando
Comunidad y Preventivo)
Durante
la primera etapa, se llevaron a cabo los círculos de “creando comunidad” en
ambos centros educativos, dejando una serie de emociones en el grupo de
estudiantes, como se evidenció en los diarios de campo y los diálogos semanales
con los investigadores. Se expresaron frases como:
"Me siento feliz, quiero estar en otro círculo".
"Quiero hablar, pero aún no tengo el objeto de
comunicación. Estoy emocionado para responder las preguntas".
"Al principio, a una niña le costaba hablar, pero a
medida que avanzaban los encuentros, evolucionaba y su comunicación fue muy
efectiva".
Se
observó que la escucha y la participación evolucionaron a lo largo de los
encuentros. Al principio, algunos estudiantes mostraron temor al expresarse
frente a sus compañeros, pero con el tiempo ganaron confianza y empezaron a
respetar los turnos de intervención, prestando atención a las contribuciones de
sus compañeros.
Se
pudo identificar la importancia de abordar de dos a tres sesiones de círculos
de “creando comunidad” para cohesionar al grupo, superar barreras emocionales y
comprender la importancia de la comunicación positiva en un ambiente propicio
para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Además,
se resalta la importancia de no asumir los temas de los círculos preventivos
por parte del personal docente. Se observó que, a medida que avanzaba la
primera fase, era crucial indagar sobre las temáticas de interés para los
estudiantes, garantizando así su participación comprometida y asegurando que
todos tuvieran algo que aportar o un compromiso individual o grupal
significativo para mejorar las relaciones y el ambiente escolar.
Categoría: Bloque de Preguntas
Dependiendo
del tipo de círculo, los participantes evidenciaron algunos bloques de
preguntas que permitieron profundizar en la reflexión. Se describen a
continuación los bloques temáticos:
Preguntas de Romper el Hielo: Estas preguntas permitieron que los estudiantes se
sintieran en confianza para compartir sus datos personales, expresar cómo se
sentían, cuáles eran sus metas, objetivos, lugares y personas favoritas. Se
generó así un ambiente agradable y de confianza entre los estudiantes,
favoreciendo la participación en las sesiones posteriores.
Preguntas de Reflexión: En esta fase, los estudiantes mostraron un nivel notable de
cuestionamiento y análisis personal sobre los eventos o metas que habían
establecido para alcanzar sus objetivos. Algunos estudiantes optaron por no
responder algunas preguntas de los círculos preventivos debido al impacto
emocional, demostrando el cumplimiento de los acuerdos al no retirarse de la
sesión.
Preguntas para Introducir la
Temática: En esta etapa, los estudiantes
demostraron mayor calma al pedir el uso de la palabra, y cada tema les afectaba
a nivel familiar, escolar o personal debido a las personas con las que
compartían sus vivencias. Se destaca la relevancia de abordar temas sensibles,
como las señas utilizadas por bandas delictivas cercanas, que generaron un
diálogo interesante y permitieron identificar actitudes correctas e incorrectas
en la convivencia social.
Preguntas para Desarrollar la
Temática (Cómo nos Sentimos y Actuamos): En
este apartado, los estudiantes mostraron una capacidad analítica y reflexiva
notable, aportando información valiosa sobre cómo se sentían frente a actos de
violencia entre compañeros, cómo actuar de manera positiva ante conflictos, qué
acciones mejorarían las relaciones y convivencia escolar y cómo ser agentes de
cambio en las aulas.
Preguntas de Cierre: Estas preguntas dejaban a los estudiantes con emociones
positivas que les permitían continuar con sus actividades escolares,
evidenciándose risas, bromas amigables y repetición de canciones compartidas
anteriormente.
En
resumen, los resultados generales subrayan la importancia de seleccionar
preguntas adecuadas para cada encuentro y tipo de estudiantes, permitiendo que
los diálogos fluyan y evitando el aburrimiento o desinterés durante su
realización. Además, resaltan la importancia del dominio de esta metodología
por parte del personal docente, ya que guía al grupo y selecciona las preguntas
que se utilizarán. También se destaca la recomendación de que los grupos no
deben superar los 20 a 25 participantes, para garantizar la participación de
todos y profundizar en los temas a tratar.
Conclusiones
En
los centros educativos objeto de esta investigación, la implementación de las
prácticas restaurativas representó una novedad para los estudiantes, ya que no
habían tenido experiencia previa con esta metodología. Este estudio evidenció
resultados positivos en la mejora de las relaciones interpersonales desde la
ejecución del primer círculo de creación de comunidad. Esto propició un espacio
cohesionado, motivado y menos conflictivo, especialmente al abordar desacuerdos
entre los estudiantes.
Es
fundamental destacar que, durante la implementación de los círculos
preventivos, los estudiantes demostraron un notable interés en los temas que
afectaban a su comunidad educativa. Esta motivación fomentó la reflexión sobre
actitudes negativas presentes en el aula, las cuales impactaban
desfavorablemente en la comunidad educativa. Abordar estos temas permitió
mejorar la comprensión y percepción de estas actitudes, facilitando la
transformación de emociones hacia un enfoque más positivo tanto dentro del centro
educativo como en sus hogares.
En
conclusión, la implementación de las prácticas restaurativas en los centros
educativos ha demostrado un impacto significativo en la gestión de conflictos y
en las relaciones interpersonales de los estudiantes. Les otorga un rol
protagónico en la determinación de los pasos a seguir al resolver diversos
problemas con los que puedan encontrarse. Esta metodología no solo promueve la
comunicación efectiva, sino que también fortalece la responsabilidad y la
empatía entre los estudiantes, creando un entorno propicio para un desarrollo
educativo más armonioso y enriquecedor.
Referencias
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Ministerio
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Valdes Espinosa, E. A. (2021). Justicia y prácticas
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Recuperado a partir de
https://www.estudiosdepazyconflictos.com/index.php/eirene/article/view/109